lunes, 21 de diciembre de 2009
jueves, 24 de septiembre de 2009
lunes, 21 de septiembre de 2009
domingo, 6 de septiembre de 2009
EL DESIERTO DEL CORAZÓN HUMANO
Al presidir esta mañana la Eucaristía en la llamada "Ciudad de los Papas", la localidad italiana de Viterbo en la visita pastoral que realiza, el Papa Benedicto XVI alentó a los fieles a evangelizar el "desierto" del corazón humano porque solo Cristo es capaz de transformarlo para vencer la dureza generada por "la indiferencia y el egoísmo".
Ante miles de fieles reunidos en la explanada del Valle Faul, el Santo Padre explicó que en la primera lectura de este domingo, el profeta Isaías alienta a los "pobres de corazón" y anuncia que con el Señor, "todo renace y todo revive porque sus aguas beneficiosas irrigan el desierto".
"El ‘desierto’, en su lenguaje simbólico, puede evocar los eventos dramáticos, las situaciones difíciles y la soledad que no raramente marca la vida, el desierto más profundo es el corazón humano, cuando pierde la capacidad de escuchar, de hablar, de comunicarse con Dios y con los otros. Se hace uno ciego porque es incapaz de ver la realidad, se cierran los oídos para no escuchar el grito de quien implora ayuda, se endurece el corazón en la indiferencia y el egoísmo".
Pero ahora, dice Isaías, "todo está destinado a cambiar, esta ‘tierra árida’ de un corazón cerrado será irrigada por una nueva linfa divina. Y cuando el Señor viene, a los pobres de corazón de toda época les dice con autoridad: ‘¡Ánimo, no teman!", prosiguió el Papa.
Refiriéndose luego al pasaje del Evangelio de San Marcos en el que Jesús cura a un sordomudo, el Santo Padre afirmó que "podemos ver en este ‘signo’ el deseo ardiente de Jesús de vencer en el hombre la soledad y la incomunicabilidad creadas por el egoísmo, para dar paso a una nueva ‘humanidad’, la humanidad de la escucha y de la palabra, del diálogo, de la comunicación y de la comunión con Dios".
"Una humanidad ‘buena’ –explicó el Papa– como buena es toda la creación de Dios, una humanidad sin discriminaciones, sin exclusiones para que el mundo sea verdaderamente y para todos campo de genuina fraternidad, en la apertura del amor por el Padre común que nos ha creado y nos ha hecho sus hijos e hijas".
El Pontífice oró también para que "¡Cristo, que en el Evangelio vemos abrir los oídos y desatar el nudo de la lengua del sordomudo, desbloquee tu corazón y te dé siempre la alegría de la escucha de su Palabra, el coraje del anuncio de su Evangelio, la capacidad de hablar con Dios y hablar así con tus hermanos y hermanas, y finalmente el coraje del descubrimiento de su Rostro y su belleza!"
Ante miles de fieles reunidos en la explanada del Valle Faul, el Santo Padre explicó que en la primera lectura de este domingo, el profeta Isaías alienta a los "pobres de corazón" y anuncia que con el Señor, "todo renace y todo revive porque sus aguas beneficiosas irrigan el desierto".
"El ‘desierto’, en su lenguaje simbólico, puede evocar los eventos dramáticos, las situaciones difíciles y la soledad que no raramente marca la vida, el desierto más profundo es el corazón humano, cuando pierde la capacidad de escuchar, de hablar, de comunicarse con Dios y con los otros. Se hace uno ciego porque es incapaz de ver la realidad, se cierran los oídos para no escuchar el grito de quien implora ayuda, se endurece el corazón en la indiferencia y el egoísmo".
Pero ahora, dice Isaías, "todo está destinado a cambiar, esta ‘tierra árida’ de un corazón cerrado será irrigada por una nueva linfa divina. Y cuando el Señor viene, a los pobres de corazón de toda época les dice con autoridad: ‘¡Ánimo, no teman!", prosiguió el Papa.
Refiriéndose luego al pasaje del Evangelio de San Marcos en el que Jesús cura a un sordomudo, el Santo Padre afirmó que "podemos ver en este ‘signo’ el deseo ardiente de Jesús de vencer en el hombre la soledad y la incomunicabilidad creadas por el egoísmo, para dar paso a una nueva ‘humanidad’, la humanidad de la escucha y de la palabra, del diálogo, de la comunicación y de la comunión con Dios".
"Una humanidad ‘buena’ –explicó el Papa– como buena es toda la creación de Dios, una humanidad sin discriminaciones, sin exclusiones para que el mundo sea verdaderamente y para todos campo de genuina fraternidad, en la apertura del amor por el Padre común que nos ha creado y nos ha hecho sus hijos e hijas".
El Pontífice oró también para que "¡Cristo, que en el Evangelio vemos abrir los oídos y desatar el nudo de la lengua del sordomudo, desbloquee tu corazón y te dé siempre la alegría de la escucha de su Palabra, el coraje del anuncio de su Evangelio, la capacidad de hablar con Dios y hablar así con tus hermanos y hermanas, y finalmente el coraje del descubrimiento de su Rostro y su belleza!"
jueves, 3 de septiembre de 2009
FAMILIA IGLESIA DOMESTICA
La familia cristiana es una iglesia doméstica
A través de la educación cristiana, los padres, ayudan a sus hijos a ser más conscientes de su fe
La familia cristiana es una iglesia doméstica
"Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él" (Lc 2,39-40).
La familia, es una comunidad de fe, esperanza y caridad. Por eso le podemos llamar Iglesia doméstica.
La familia cristiana es una comunión de personas, que reflejan la comunión que existe en Dios entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Así como Dios es creador, la familia comparte con Él esa obra, al procrear y educar a los hijos. ¡Qué gran dignidad tiene la familia que se asemeja a Dios en su obra creadora!.
La familia cristiana, como Jesús, que cuando vino al mundo se dedicó a llevar la palabra de su Padre a todos los hombres, así, la familia tiene la misión de seguir sus pasos, de evangelizar; primero que nada, a sus propios hijos y a todos cuantos le rodean. La familia cristiana también es misionera, pues querrá que otras personas también conozcan a Dios, y serán testimonio del amor de Dios por todos.
También, la familia cristiana esta llamada a la oración. A orar juntos a Dios, quien ha creado a la familia. Así, una familia que reza unida, permanecerá unida, pues juntos, los miembros de la familia se ayudarán mutuamente a vivir como auténticos cristianos.
Con la oración diaria, es decir, platicando con Dios en todo momento, contándole todo lo que pasa entre la familia para así estar más cerca de Él, es como se va a fortalecer la unión y el amor que existe entre los miembros familiares. Y, si una familia está unida con Dios por medio de la oración común, el respeto a todas las personas (que somos imagen y semejanza de Dios) se vivirá continuamente, como Dios lo ha planeado.
Es muy bueno el que todos los días, en familia se lea la Palabra de Dios. Si Dios está presente en las conversaciones, el comportamiento de los miembros de la familia será reflejo del amor de Dios. Si únicamente se habla de fútbol, chismes, envidias,..., el comportamiento de la familia será de la misma manera.
La familia cristiana es privilegiada entre las que no son cristianas, ya que es llamada por Dios nuestro Padre a ser en donde se dé la educación en los valores cristianos como el amor, la ayuda mutua, el servicio a los demás y sobre todo, a seguir a Cristo como lo hicieron sus apóstoles.
¡Qué hermoso es encontrar familias que viven ese amor por los demás! ¡Qué felicidad se ve en los rostros de aquéllos que aman a Dios!
Cuando Dios habita en una familia, la felicidad abunda en todos sus miembros.
A través de la educación cristiana, los padres, ayudan a sus hijos a ser más conscientes de su fe
La familia cristiana es una iglesia doméstica
"Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él" (Lc 2,39-40).
La familia, es una comunidad de fe, esperanza y caridad. Por eso le podemos llamar Iglesia doméstica.
La familia cristiana es una comunión de personas, que reflejan la comunión que existe en Dios entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Así como Dios es creador, la familia comparte con Él esa obra, al procrear y educar a los hijos. ¡Qué gran dignidad tiene la familia que se asemeja a Dios en su obra creadora!.
La familia cristiana, como Jesús, que cuando vino al mundo se dedicó a llevar la palabra de su Padre a todos los hombres, así, la familia tiene la misión de seguir sus pasos, de evangelizar; primero que nada, a sus propios hijos y a todos cuantos le rodean. La familia cristiana también es misionera, pues querrá que otras personas también conozcan a Dios, y serán testimonio del amor de Dios por todos.
También, la familia cristiana esta llamada a la oración. A orar juntos a Dios, quien ha creado a la familia. Así, una familia que reza unida, permanecerá unida, pues juntos, los miembros de la familia se ayudarán mutuamente a vivir como auténticos cristianos.
Con la oración diaria, es decir, platicando con Dios en todo momento, contándole todo lo que pasa entre la familia para así estar más cerca de Él, es como se va a fortalecer la unión y el amor que existe entre los miembros familiares. Y, si una familia está unida con Dios por medio de la oración común, el respeto a todas las personas (que somos imagen y semejanza de Dios) se vivirá continuamente, como Dios lo ha planeado.
Es muy bueno el que todos los días, en familia se lea la Palabra de Dios. Si Dios está presente en las conversaciones, el comportamiento de los miembros de la familia será reflejo del amor de Dios. Si únicamente se habla de fútbol, chismes, envidias,..., el comportamiento de la familia será de la misma manera.
La familia cristiana es privilegiada entre las que no son cristianas, ya que es llamada por Dios nuestro Padre a ser en donde se dé la educación en los valores cristianos como el amor, la ayuda mutua, el servicio a los demás y sobre todo, a seguir a Cristo como lo hicieron sus apóstoles.
¡Qué hermoso es encontrar familias que viven ese amor por los demás! ¡Qué felicidad se ve en los rostros de aquéllos que aman a Dios!
Cuando Dios habita en una familia, la felicidad abunda en todos sus miembros.
domingo, 23 de agosto de 2009
¿ QUE LES HA DISGUSTADO?
Vigésimo primer domingo ordinario
Calixto
" Algunos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: Este modo de hablar es inaceptable. Desde entonces muchos se echaron atrás y no volvieron con él ". San Juan, cap. 6.
Se dice que nuestra vivencia religiosa discurre por cuatro etapas. La primera: Aquella fe de la primera Comunión. Una segunda que vivimos durante la adolescencia, llena de incertidumbres y altibajos. Otra más, que se esfuma y puede morir en nuestra edad adulta. Y quizás una cuarta: Fe recobrada, cuando ayudamos a los hijos en sus tareas de religión.
San Juan nos cuenta que, a propósito del discurso sobre el Pan de Vida, buen número de discípulos abandonaron a Jesús. "Este modo de hablar es inaceptable, decían. ¿Quién puede hacerle caso?".
Este abandono también se da en la Iglesia de hoy. Aun en nuestras familias. Algunos permanecen adheridos a la fe que desde niños cultivaron. Otros ya no practican, mientras otros más dicen no creer. O mejor, como señala un autor, "creen que no creen".
Las causas y razones de todo esto son muy variadas. Entre otras más, la nueva cultura que nos envuelve.
Un hermoso cuadro de Jean-François Millet muestra en lejanía, la espadaña del templo parroquial. Aquí, en primer plano, los segadores al toque del Ángelus, interrumpen su tarea y se inclinan devotamente para orar.
En un entorno semejante, se vivió la fe cristiana durante muchos siglos. Pero todo ha cambiado de modo sorprendente. La tecnología, las comunicaciones, la globalización transformaron el mundo de una manera portentosa. Por lo cual, a ese nuevo hombre de hoy es necesario proponerle la fe de una manera nueva.
Muchos increyentes de hoy podrían afirmar con Facundo Cabral: "Yo no me fui, ustedes se quedaron". Una fe propuesta desde viejos esquemas, donde lo esencial se confunde con lo accesorio. Donde la institución vale más que el Evangelio, ya no convence.
Otros hermanos no se han ido propiamente de la Iglesia. En realidad nunca estuvieron dentro. Luego de un bautismo que nunca hicieron consciente, nada les dice nuestra fe.
Algunos otros antes creyentes, ya no practican, a causa de los malos ejemplos de los cristianos, incluso de los sacerdotes. ¿Tienen razón? En cierto modo. Enorme esfuerzo se les pide para permanecer. Pero podrían recordar aquella frase de Jean Guitton a André Gide. Éste se quejaba de las fallas de los católicos y detrás de ellas defendía su increencia: Guitton le respondió con mucha sabiduría: "Saluda al portero y sigue adelante".
Qué bueno poder sentarnos, algún día, con tantos amigos alejados para examinar despacio su situación religiosa. Porque a veces vivimos de fantasmas y no de realidades.
La Biblia cuenta que Josué, camino de la tierra prometida, reunió a todo el pueblo en Siquén, pidiéndole que ratificara su adhesión a Yahvé. El pueblo respondió: "Lejos de nosotros abandonar al Señor. Él es nuestro Dios, que nos sacó de Egipto".
También san Pedro, ante aquella crisis ocasionada por el discurso de Cristo sobre el Pan de Vida, tomó la palabra en nombre de los Doce, para confesarle al Maestro: "Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna".
Hoy cada uno de nosotros tiene la palabra. Puede abandonar la Iglesia y alejarse de Dios. O ratificar con alegría y entusiasmo su compromiso cristiano, pero clarificando mejor en qué consiste.
Calixto
" Algunos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: Este modo de hablar es inaceptable. Desde entonces muchos se echaron atrás y no volvieron con él ". San Juan, cap. 6.
Se dice que nuestra vivencia religiosa discurre por cuatro etapas. La primera: Aquella fe de la primera Comunión. Una segunda que vivimos durante la adolescencia, llena de incertidumbres y altibajos. Otra más, que se esfuma y puede morir en nuestra edad adulta. Y quizás una cuarta: Fe recobrada, cuando ayudamos a los hijos en sus tareas de religión.
San Juan nos cuenta que, a propósito del discurso sobre el Pan de Vida, buen número de discípulos abandonaron a Jesús. "Este modo de hablar es inaceptable, decían. ¿Quién puede hacerle caso?".
Este abandono también se da en la Iglesia de hoy. Aun en nuestras familias. Algunos permanecen adheridos a la fe que desde niños cultivaron. Otros ya no practican, mientras otros más dicen no creer. O mejor, como señala un autor, "creen que no creen".
Las causas y razones de todo esto son muy variadas. Entre otras más, la nueva cultura que nos envuelve.
Un hermoso cuadro de Jean-François Millet muestra en lejanía, la espadaña del templo parroquial. Aquí, en primer plano, los segadores al toque del Ángelus, interrumpen su tarea y se inclinan devotamente para orar.
En un entorno semejante, se vivió la fe cristiana durante muchos siglos. Pero todo ha cambiado de modo sorprendente. La tecnología, las comunicaciones, la globalización transformaron el mundo de una manera portentosa. Por lo cual, a ese nuevo hombre de hoy es necesario proponerle la fe de una manera nueva.
Muchos increyentes de hoy podrían afirmar con Facundo Cabral: "Yo no me fui, ustedes se quedaron". Una fe propuesta desde viejos esquemas, donde lo esencial se confunde con lo accesorio. Donde la institución vale más que el Evangelio, ya no convence.
Otros hermanos no se han ido propiamente de la Iglesia. En realidad nunca estuvieron dentro. Luego de un bautismo que nunca hicieron consciente, nada les dice nuestra fe.
Algunos otros antes creyentes, ya no practican, a causa de los malos ejemplos de los cristianos, incluso de los sacerdotes. ¿Tienen razón? En cierto modo. Enorme esfuerzo se les pide para permanecer. Pero podrían recordar aquella frase de Jean Guitton a André Gide. Éste se quejaba de las fallas de los católicos y detrás de ellas defendía su increencia: Guitton le respondió con mucha sabiduría: "Saluda al portero y sigue adelante".
Qué bueno poder sentarnos, algún día, con tantos amigos alejados para examinar despacio su situación religiosa. Porque a veces vivimos de fantasmas y no de realidades.
La Biblia cuenta que Josué, camino de la tierra prometida, reunió a todo el pueblo en Siquén, pidiéndole que ratificara su adhesión a Yahvé. El pueblo respondió: "Lejos de nosotros abandonar al Señor. Él es nuestro Dios, que nos sacó de Egipto".
También san Pedro, ante aquella crisis ocasionada por el discurso de Cristo sobre el Pan de Vida, tomó la palabra en nombre de los Doce, para confesarle al Maestro: "Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna".
Hoy cada uno de nosotros tiene la palabra. Puede abandonar la Iglesia y alejarse de Dios. O ratificar con alegría y entusiasmo su compromiso cristiano, pero clarificando mejor en qué consiste.
sábado, 22 de agosto de 2009
CRONOGRAMA PRIMERA COMUNIÓN
PARROQUIA SAN BERNABÉ APÓSTOL
CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES DE PRIMERA COMUNIÓN 2009
MES ACTIVIDADES HORA EUCARISTÍA 12,00 a.m.
AGOSTO
ago-16 El pecado 10,30 a.m.
ago-23 Repaso del cuestionario 10,30 a.m.
ago-30 Examen 10,30 a.m.
SEPTIEMBRE
sep-05 Reunión con padres de familia 7,30 p.m.
sep-06 El amigo que siempre perdona (11) 10,30 a.m.
sep-13 pasos para una buena confesión 10,30 a.m.
sep-20 Los sacramentos encuentros con Jesús (13) 10,30 a.m.
sep-27 El bautismo (14) 10,30 a.m.
OCTUBRE
oct-03 Reunión con padres de familia 7,30 p.m.
oct-04 La ayuda del Espíritu Santo (15) 10,30 a.m.
oct-11 La sagrada Eucaristía (16) 10,30 a.m.
oct-18 Eucaristía el pan que da vida (17) 10,30 a.m.
oct-25 La Iglesia familia de Dios (18) 10,30 a.m.
NOVIEMBRE
nov-01 Extructura de la Eucaristía (19) 10,30 a.m.
nov-07 Examen final 2,00 p.m.
nov-07 Reunión con padres de familia 7,30 p.m.
nov-08 Examen final 9,00 a.m.
nov-15 Acto penitencial
nov-21 Sacramento de la confesión 3,00 p.m.
nov-22 Sacramento de la confesión 9,00 a.m.
nov-22 Ensayo de ceremonia 10,30 a.m.
nov-29 Ensayo de ceremonia 10,30 a.m.
DICIEMBRE
dic-05 Ensayo de ceremonia 3,00 p.m.
dic-05 Reunión con padres de familia 7,30 p.m.
dic-06 Ensayo de ceremonia 10,30 a.m.
dic-13 PRIMERAS COMUNIONES 10,00 a.m.
CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES DE PRIMERA COMUNIÓN 2009
MES ACTIVIDADES HORA EUCARISTÍA 12,00 a.m.
AGOSTO
ago-16 El pecado 10,30 a.m.
ago-23 Repaso del cuestionario 10,30 a.m.
ago-30 Examen 10,30 a.m.
SEPTIEMBRE
sep-05 Reunión con padres de familia 7,30 p.m.
sep-06 El amigo que siempre perdona (11) 10,30 a.m.
sep-13 pasos para una buena confesión 10,30 a.m.
sep-20 Los sacramentos encuentros con Jesús (13) 10,30 a.m.
sep-27 El bautismo (14) 10,30 a.m.
OCTUBRE
oct-03 Reunión con padres de familia 7,30 p.m.
oct-04 La ayuda del Espíritu Santo (15) 10,30 a.m.
oct-11 La sagrada Eucaristía (16) 10,30 a.m.
oct-18 Eucaristía el pan que da vida (17) 10,30 a.m.
oct-25 La Iglesia familia de Dios (18) 10,30 a.m.
NOVIEMBRE
nov-01 Extructura de la Eucaristía (19) 10,30 a.m.
nov-07 Examen final 2,00 p.m.
nov-07 Reunión con padres de familia 7,30 p.m.
nov-08 Examen final 9,00 a.m.
nov-15 Acto penitencial
nov-21 Sacramento de la confesión 3,00 p.m.
nov-22 Sacramento de la confesión 9,00 a.m.
nov-22 Ensayo de ceremonia 10,30 a.m.
nov-29 Ensayo de ceremonia 10,30 a.m.
DICIEMBRE
dic-05 Ensayo de ceremonia 3,00 p.m.
dic-05 Reunión con padres de familia 7,30 p.m.
dic-06 Ensayo de ceremonia 10,30 a.m.
dic-13 PRIMERAS COMUNIONES 10,00 a.m.
lunes, 17 de agosto de 2009
DIOS ES AMOR
Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la
opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por
una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un
acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la
vida y, con ello, una orientación decisiva. En su Evangelio, Juan
había expresado este acontecimiento con las siguientes palabras:
«Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que
todos los que creen en él tengan vida eterna» (cf. 3, 16). La fe
cristiana, poniendo el amor en el centro, ha asumido lo que era el
núcleo de la fe de Israel, dándole al mismo tiempo una nueva
profundidad y amplitud. En efecto, el israelita creyente reza cada día
con las palabras del Libro del Deuteronomio que, como bien sabe,
compendian el núcleo de su existencia: «Escucha, Israel: El Señor
nuestro Dios es solamente uno. Amarás al Señor con todo el corazón,
con toda el alma, con todas las fuerzas» (6, 4-5). Jesús, haciendo de
ambos un único precepto, ha unido este mandamiento del amor a
Dios con el del amor al prójimo, contenido en el Libro del Levítico:
«Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (19, 18; cf. Mc 12, 29- 31).
Y, puesto que es Dios quien nos ha amado primero (cf. 1 Jn 4, 10),
ahora el amor ya no es sólo un «mandamiento», sino la respuesta al
don del amor, con el cual viene a nuestro encuentro.(DCE1)Benedicto XVI
opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por
una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un
acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la
vida y, con ello, una orientación decisiva. En su Evangelio, Juan
había expresado este acontecimiento con las siguientes palabras:
«Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que
todos los que creen en él tengan vida eterna» (cf. 3, 16). La fe
cristiana, poniendo el amor en el centro, ha asumido lo que era el
núcleo de la fe de Israel, dándole al mismo tiempo una nueva
profundidad y amplitud. En efecto, el israelita creyente reza cada día
con las palabras del Libro del Deuteronomio que, como bien sabe,
compendian el núcleo de su existencia: «Escucha, Israel: El Señor
nuestro Dios es solamente uno. Amarás al Señor con todo el corazón,
con toda el alma, con todas las fuerzas» (6, 4-5). Jesús, haciendo de
ambos un único precepto, ha unido este mandamiento del amor a
Dios con el del amor al prójimo, contenido en el Libro del Levítico:
«Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (19, 18; cf. Mc 12, 29- 31).
Y, puesto que es Dios quien nos ha amado primero (cf. 1 Jn 4, 10),
ahora el amor ya no es sólo un «mandamiento», sino la respuesta al
don del amor, con el cual viene a nuestro encuentro.(DCE1)Benedicto XVI
LA VOCACIÓN DE UNA SANTA
DEL DIARIO DE SOR FAUSTINA
Una vez, junto con una de mis hermanas fuimos a un baile. Cuando todos se divertían mucho, mi alma sufría [tormentos] interiores. En el momento en que empecé a bailar, de repente vi a Jesús junto a mí. A Jesús martirizado, despojado de
Sus vestiduras, cubierto de heridas, diciéndome esas palabras: ¿Hasta cuándo Me harás sufrir, hasta cuándo Me engañaras? En aquel momento dejaron de sonar los alegres tonos de la música, desapareció de mis ojos la compañía en que me encontraba, nos quedamos Jesús y yo. Me senté junto a mi querida hermana, disimulando lo que ocurrió en mi alma con un dolor de cabeza. Un momento después abandoné discretamente a la compañía y a mi hermana y fui a la catedral de San Estanislao Kostka. Estaba anocheciendo, había poca gente en la catedral. Sin hacer caso a lo que pasaba alrededor, me postré en cruz delante del Santísimo Sacramento, y pedí al Señor que se dignara hacerme conocer qué había de hacer en adelante.
Entonces oí esas palabras: Ve inmediatamente a Varsovia, allí entrarás en un convento. Me levanté de la oración, fui a casa y solucioné las cosas necesarias. Como pude, le confesé a mi hermana lo que había ocurrido en mi alma, le dije que me despidiera de mis padres, y con un solo vestido, sin nada más, llegué a Varsovia. (DSF9-10)
Una vez, junto con una de mis hermanas fuimos a un baile. Cuando todos se divertían mucho, mi alma sufría [tormentos] interiores. En el momento en que empecé a bailar, de repente vi a Jesús junto a mí. A Jesús martirizado, despojado de
Sus vestiduras, cubierto de heridas, diciéndome esas palabras: ¿Hasta cuándo Me harás sufrir, hasta cuándo Me engañaras? En aquel momento dejaron de sonar los alegres tonos de la música, desapareció de mis ojos la compañía en que me encontraba, nos quedamos Jesús y yo. Me senté junto a mi querida hermana, disimulando lo que ocurrió en mi alma con un dolor de cabeza. Un momento después abandoné discretamente a la compañía y a mi hermana y fui a la catedral de San Estanislao Kostka. Estaba anocheciendo, había poca gente en la catedral. Sin hacer caso a lo que pasaba alrededor, me postré en cruz delante del Santísimo Sacramento, y pedí al Señor que se dignara hacerme conocer qué había de hacer en adelante.
Entonces oí esas palabras: Ve inmediatamente a Varsovia, allí entrarás en un convento. Me levanté de la oración, fui a casa y solucioné las cosas necesarias. Como pude, le confesé a mi hermana lo que había ocurrido en mi alma, le dije que me despidiera de mis padres, y con un solo vestido, sin nada más, llegué a Varsovia. (DSF9-10)
EXAMEN DE CONCIENCIA
El regalo más valioso que los padres pueden dar a sus hijos, es enseñarles a que desarrollen su mente, acostumbrándoles a que sepan hacer y a que hagan, periódicos exámenes de conciencia, para que evalúen lo que han hecho y lo que no han hecho, pero podrían haber hecho. Así sabrán donde están y hacia donde van.
El examen de conciencia, es una actividad mental, que se debe realizar en la intimidad, muy despacio, con mucha sinceridad y humildad, con gran hondura y extensión, para mirar hacia el interior de la conciencia y ver el comportamiento realizado.
Es una práctica que, siguiendo viejas y sabias costumbres y recomendaciones, lo hacen diariamente muchas personas, bajo aspectos religiosos, económicos, sociales, familiares, deportivos, políticos, etc., para repasar las cosas que han hecho bien, las que han hecho mal y las que no han hecho, pudiendo y debiendo hacerlas. Es una práctica muy usada entre padres de familia, estudiantes, empresarios, deportistas, etc. Aprender del pasado, es la semilla para mejorar el futuro.
El examen de conciencia, es la mejor actividad de control para determinar, si se están cumpliendo los programas personales de comportamiento, crecimiento o formación y de los objetivos o planes de vida propuestos
Con ese análisis en la mente, se puede reaccionar y tomar medidas, para corregir las desviaciones que haya habido y así, mejorar las acciones que nos hayamos propuesto
realizar a plazo corto, medio o largo.
Como continuación al artículo titulado “Conciencia. Lo que los padres deben enseñar a sus hijos sobre esta virtud humana”.
El examen de conciencia, es una actividad mental, que se debe realizar en la intimidad, muy despacio, con mucha sinceridad y humildad, con gran hondura y extensión, para mirar hacia el interior de la conciencia y ver el comportamiento realizado.
Es una práctica que, siguiendo viejas y sabias costumbres y recomendaciones, lo hacen diariamente muchas personas, bajo aspectos religiosos, económicos, sociales, familiares, deportivos, políticos, etc., para repasar las cosas que han hecho bien, las que han hecho mal y las que no han hecho, pudiendo y debiendo hacerlas. Es una práctica muy usada entre padres de familia, estudiantes, empresarios, deportistas, etc. Aprender del pasado, es la semilla para mejorar el futuro.
El examen de conciencia, es la mejor actividad de control para determinar, si se están cumpliendo los programas personales de comportamiento, crecimiento o formación y de los objetivos o planes de vida propuestos
Con ese análisis en la mente, se puede reaccionar y tomar medidas, para corregir las desviaciones que haya habido y así, mejorar las acciones que nos hayamos propuesto
realizar a plazo corto, medio o largo.
Como continuación al artículo titulado “Conciencia. Lo que los padres deben enseñar a sus hijos sobre esta virtud humana”.
CRONOGRAMA DE CAT. DE CONFIRMACIÓN
PARROQUIA SAN BERNABÉ APÓSTOL
CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES DE CONFIRMACION 2009
AGOSTO Grupo de:
ago-15 Catequesis (El Espíritu Santo)
ago-22 Catequesis (La Eucaristía)
ago-28 EVALUACIÓN 4,30 p.m.
ago-28 Reunión padres y padrinos 7,30 p.m.
SEPTIEMBRE
sep-05 Catequesis (La Eucaristía) 4,30 p.m.
sep-12 Catequesis (La Eucaristía, taller) 4,30 p.m.
sep-19 Catequesis(Los mandamientos) 4,30 p.m.
sep-26 Catequesis(Los mandamientos, taller) 4,30 p.m.
sep-26 Reunión padres y padrinos 7,30 p.m.
OCTUBRE
oct-03 Catequesis (sacramento del perdón) 4,30 p.m.
oct-10 Catequesis (Vivir como hermanos) 4,30 p.m.
oct-17 Catequesis (Vivir como hijos de Dios) 4,30 p.m.
oct-24 Catequesis(Testigos y apóstoles de Jesús) 4,30 p.m.
oct-31 Examen final 2,00 p.m.
oct-31 VOCACIÓN Y MISION (Ensayo de ceremonia) 4,30 p.m.
oct-31 Bautismos 5,30 p.m.
oct-31 Primeras comuniones 6,00 p.m.
oct-31 Reunión padres y padrinos 7,30 p.m.
NOVIEMBRE
nov-02 RETIRO Y CONFESIONES 8,00 a.m.
nov-07 Ensayo de ceremonia 4,30 p.m.
nov-14 Ensayo de ceremonia 4,30 p.m.
nov-14 Ensayo de ceremonia con los padrinos 7,30 p.m.
nov-15 Ceremonia del Sacramento de la Confirmación 3,00 p.m. Monseñor Gonzalo Rivera
CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES DE CONFIRMACION 2009
AGOSTO Grupo de:
ago-15 Catequesis (El Espíritu Santo)
ago-22 Catequesis (La Eucaristía)
ago-28 EVALUACIÓN 4,30 p.m.
ago-28 Reunión padres y padrinos 7,30 p.m.
SEPTIEMBRE
sep-05 Catequesis (La Eucaristía) 4,30 p.m.
sep-12 Catequesis (La Eucaristía, taller) 4,30 p.m.
sep-19 Catequesis(Los mandamientos) 4,30 p.m.
sep-26 Catequesis(Los mandamientos, taller) 4,30 p.m.
sep-26 Reunión padres y padrinos 7,30 p.m.
OCTUBRE
oct-03 Catequesis (sacramento del perdón) 4,30 p.m.
oct-10 Catequesis (Vivir como hermanos) 4,30 p.m.
oct-17 Catequesis (Vivir como hijos de Dios) 4,30 p.m.
oct-24 Catequesis(Testigos y apóstoles de Jesús) 4,30 p.m.
oct-31 Examen final 2,00 p.m.
oct-31 VOCACIÓN Y MISION (Ensayo de ceremonia) 4,30 p.m.
oct-31 Bautismos 5,30 p.m.
oct-31 Primeras comuniones 6,00 p.m.
oct-31 Reunión padres y padrinos 7,30 p.m.
NOVIEMBRE
nov-02 RETIRO Y CONFESIONES 8,00 a.m.
nov-07 Ensayo de ceremonia 4,30 p.m.
nov-14 Ensayo de ceremonia 4,30 p.m.
nov-14 Ensayo de ceremonia con los padrinos 7,30 p.m.
nov-15 Ceremonia del Sacramento de la Confirmación 3,00 p.m. Monseñor Gonzalo Rivera
LA GRAN DECISIÓN
Sagrada Escritura:
Primera: Jos 24, 1-2.15-17;
Segunda: Ef 5, 21-32
Evangelio: Jn 6, 60-69
Nexo entre las lecturas
En decidirse está la clave de los diversos textos litúrgicos. Las tribus reunidas por Josué en Siquén deben decidirse por servir o a Yahvéh o a otros dioses. Ellas deciden por Yahvéh (primera lectura). Los discípulos de Jesús, escandalizados por sus palabras (comer mi carne y beber mi sangre) son situados por Jesús ante una decisión: "¿También vosotros queréis marcharos?". Pedro, en nombre de los demás discípulos, se decide por Cristo: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna" (Evangelio). Finalmente, en la segunda lectura, la decisión irrevocable de Cristo por su Iglesia sirve de ejemplo a la decisión mutua de los esposos en el amor.
Primera: Jos 24, 1-2.15-17;
Segunda: Ef 5, 21-32
Evangelio: Jn 6, 60-69
Nexo entre las lecturas
En decidirse está la clave de los diversos textos litúrgicos. Las tribus reunidas por Josué en Siquén deben decidirse por servir o a Yahvéh o a otros dioses. Ellas deciden por Yahvéh (primera lectura). Los discípulos de Jesús, escandalizados por sus palabras (comer mi carne y beber mi sangre) son situados por Jesús ante una decisión: "¿También vosotros queréis marcharos?". Pedro, en nombre de los demás discípulos, se decide por Cristo: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna" (Evangelio). Finalmente, en la segunda lectura, la decisión irrevocable de Cristo por su Iglesia sirve de ejemplo a la decisión mutua de los esposos en el amor.
lunes, 3 de agosto de 2009
LA SAGRADA EUCARISTÍA
2.Eucaristía y fe. La Eucaristía no da frutos de modo automático, aunque su eficacia provenga no del hombre, sino del sacramento. Como todo don divino fructifica sólo en la tierra de la fe y del amor. Si somos pobres de fe y de amor, pidamos al Señor que acreciente en nosotros las virtudes teologales. Si tenemos dudas sobre los frutos de la Eucaristía, estemos seguros de que nuestra fe y nuestro amor no son todavía lo suficientemente grandes para hacer florecer y fructificar en nosotros el cuerpo y la sangre de Cristo. La eucaristía tiene en sí toda la fuerza de Dios, somos nosotros con nuestra pequeñez, con nuestro orgullo, con nuestra poca fe los que impedimos a la fuerza de Dios que se manifieste en nuestras vidas. Digamos al Señor con toda el alma: "Señor Jesús, creo en la Eucaristía, aumenta mi fe", "Señor Jesús, amo la Eucaristía, aumenta mi amor". Pidamos al Señor una fe y un amor gigantes, para que en nuestra vida se haga verdad la eficacia de la Eucaristía y así ser testimonio vivo de esa eficacia en nuestro ambiente de familia y de trabajo. Es éste también un momento muy propicio para examinar nuestro fervor eucarístico, cómo participamos en la misa, cómo y con qué frecuencia recibimos a Jesucristo en la comunión, qué resonancia tiene la comunión en nuestra conducta diaria.
LA SAGRADA EUCARISTÍA
1. Los frutos de la Eucaristía. De forma sencilla y muy rica el Catecismo de la Iglesia habla de los frutos de la comunión. Son extraordinarios. En primer lugar, la Eucaristía acrecienta nuestra unión con Cristo. Recibiendo la comunión, recibimos al mismo Cristo y estrechamos nuestros lazos de amor y de unión con él. Todas las almas enamoradas de Jesucristo saben lo que esto significa. En segundo lugar, la Eucaristía nos separa del pecado, a nosotros que tan fácilmente nos vemos inclinados a él. Cristo Eucaristía borra nuestros pecados veniales, haciéndonos capaces de romper los lazos desordenados con las criaturas. Cristo Eucaristía nos preserva de futuros pecados mortales, porque nos hace experimentar la dulzura de su amistad. Cristo Eucaristía nos hace Iglesia, es decir, nos da conciencia de estar unidos en la fe de la Iglesia y de ser todos hermanos porque todos nos alimentamos con un mismo Pan. Cristo Eucaristía nos pide un compromiso en favor de los pobres, para demostrar con la vida nuestra fraternidad y para hacer visible entre los hombres que el amor a Dios y a Jesucristo no sólo no nos exime, sino que nos obliga a amar a los más necesitados. Cristo Eucaristía es, finalmente, prenda de la gloria futura o, como dice san Ignacio de Antioquía, remedio de inmortalidad. Es de mucha necesidad explicar a los fieles, especialmente a los niños y jóvenes, los frutos de la Eucaristía con palabras llanas, claras, eficaces. Una buena catequesis es la mejor manera para fomentar una frecuente y fructuosa recepción del Cuerpo de Cristo.
sábado, 1 de agosto de 2009
FE
LA FE COMO HERMENUTICA
La fe como hermenéutica. Se quiera o no el creyente es interpretado por su fe. Podríamos decir: dime en quién crees, lo que crees, y te diré quién eres, cómo vives. Por tanto, la fe en Cristo interpreta la vida de todo cristiano. Es decir, su modo de pensar, de actuar, de trabajar, de vivir, de amar, de ejercer su profesión es, debe ser iluminado por la fe en Jesucristo. Cuando esa fe en Cristo no es algo de unos cuantos individuos, sino que forma parte de un grupo o de una mayoría, entonces desemboca en cultura cristiana: la fe impregna todos los sectores de la vida comunitaria y social. En medio de las dificultades y tentaciones experimentadas por los israelitas, en medio de la solicitación puramente política y socio-económica de los oyentes de Jesús, la fe les ayudó a interpretar los acontecimientos y las obras de Dios con otros ojos, purificados precisamente por el colirio de la fe.
Esa misma fe interpretó de tal manera la vida de los primeros cristianos, que les convirtió en hombres nuevos, "creados según Dios, en la justicia y santidad de la verdad".
En la medida en que los creyentes en Cristo fueron aumentando en el siglo primero y en los siguientes, fueron levadura en la masa humana, fueron creando cultura y finalmente lograron configurar la sociedad en conformidad con la fe en Jesucristo. ¿No es éste un gran reto que tenemos que afrontar hoy en día los cristianos en un medio ambiente así llamado post-cristiano, pero enraizado todavía social y culturalmente en el cristianismo? La misión histórica de los creyentes en Cristo, al comenzar el siglo XXI, es y será, sin duda, hacer florecer esas raíces para que el buen olor de Cristo se expanda de nuevo en nuestra sociedad.
La fe como hermenéutica. Se quiera o no el creyente es interpretado por su fe. Podríamos decir: dime en quién crees, lo que crees, y te diré quién eres, cómo vives. Por tanto, la fe en Cristo interpreta la vida de todo cristiano. Es decir, su modo de pensar, de actuar, de trabajar, de vivir, de amar, de ejercer su profesión es, debe ser iluminado por la fe en Jesucristo. Cuando esa fe en Cristo no es algo de unos cuantos individuos, sino que forma parte de un grupo o de una mayoría, entonces desemboca en cultura cristiana: la fe impregna todos los sectores de la vida comunitaria y social. En medio de las dificultades y tentaciones experimentadas por los israelitas, en medio de la solicitación puramente política y socio-económica de los oyentes de Jesús, la fe les ayudó a interpretar los acontecimientos y las obras de Dios con otros ojos, purificados precisamente por el colirio de la fe.
Esa misma fe interpretó de tal manera la vida de los primeros cristianos, que les convirtió en hombres nuevos, "creados según Dios, en la justicia y santidad de la verdad".
En la medida en que los creyentes en Cristo fueron aumentando en el siglo primero y en los siguientes, fueron levadura en la masa humana, fueron creando cultura y finalmente lograron configurar la sociedad en conformidad con la fe en Jesucristo. ¿No es éste un gran reto que tenemos que afrontar hoy en día los cristianos en un medio ambiente así llamado post-cristiano, pero enraizado todavía social y culturalmente en el cristianismo? La misión histórica de los creyentes en Cristo, al comenzar el siglo XXI, es y será, sin duda, hacer florecer esas raíces para que el buen olor de Cristo se expanda de nuevo en nuestra sociedad.
martes, 28 de julio de 2009
LA FE
LA FE COMO MEMORIA
El creyente es un hombre de la memoria. Tiene que recordar, recordar siempre. Recordar la historia de la fe cristiana, que no inicia en nuestro siglo, sino que se remonta a siglos muy lejanos, a la historia de Abrahám, prototipo de fe en Dios para todas las generaciones. Recordar tantas maravillas que Dios ha ido realizando en esa historia secular, como por ejemplo, la que nos narra la primera lectura tomada del libro del Éxodo. Aquellos israelitas que habían salido de Egipto victoriosos y contentos, caminan ahora por el desierto fatigados, desalentados, sin horizontes de esperanza; pero Dios, el Dios liberador, no les deja en la estacada; más bien llega a ser ahora el Dios compañero y guía de su marcha por el desierto, sostén y apoyo en sus necesidades. ¿Es que puede un padre abandonar a sus hijos? Recordar también el gran don que Dios nos ha hecho en su Hijo Jesucristo, que ha pasado por este mundo haciendo el bien, como verdadero médico de cuerpos y almas. Recordar el pan multiplicado para alimentar los cuerpos, y recordar el pan de su Palabra y de su Eucaristía para alimentar las almas. Recordar a los primeros cristianos que eran transformados por su inmersión en las aguas del bautismo, y recordar nuestro bautismo por el que hemos sido incorporados a Cristo y a su Iglesia. Este simple ejercicio de memoria, ¡cuánto bien hace al creyente, al cristiano
El creyente es un hombre de la memoria. Tiene que recordar, recordar siempre. Recordar la historia de la fe cristiana, que no inicia en nuestro siglo, sino que se remonta a siglos muy lejanos, a la historia de Abrahám, prototipo de fe en Dios para todas las generaciones. Recordar tantas maravillas que Dios ha ido realizando en esa historia secular, como por ejemplo, la que nos narra la primera lectura tomada del libro del Éxodo. Aquellos israelitas que habían salido de Egipto victoriosos y contentos, caminan ahora por el desierto fatigados, desalentados, sin horizontes de esperanza; pero Dios, el Dios liberador, no les deja en la estacada; más bien llega a ser ahora el Dios compañero y guía de su marcha por el desierto, sostén y apoyo en sus necesidades. ¿Es que puede un padre abandonar a sus hijos? Recordar también el gran don que Dios nos ha hecho en su Hijo Jesucristo, que ha pasado por este mundo haciendo el bien, como verdadero médico de cuerpos y almas. Recordar el pan multiplicado para alimentar los cuerpos, y recordar el pan de su Palabra y de su Eucaristía para alimentar las almas. Recordar a los primeros cristianos que eran transformados por su inmersión en las aguas del bautismo, y recordar nuestro bautismo por el que hemos sido incorporados a Cristo y a su Iglesia. Este simple ejercicio de memoria, ¡cuánto bien hace al creyente, al cristiano
domingo, 12 de julio de 2009
12 de julio de 2009
VE Y PROFETIZA
Calixto
- Medellín | Publicado el 12 de julio de 2009
Décimo quinto domingo ordinario
"Entonces llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos". San Marcos, cap. 6.
Un documento de los obispos franceses señala que la fe cristiana venía, en muchos lugares del mundo, como un manso río que fecundaba las tierras aledañas. Mis padres son practicantes y entonces yo los imito, sin ningún problema ni discusión. Cuanto me dicen educadores y sacerdotes va creando en mí convicciones religiosas estables.
Pero múltiples rupturas sociológicas, o mejor fracturas, han interrumpido ese proceso. Entonces es necesario ofrecer la fe, aunque ella es ante todo un regalo de Dios, a cada persona, a cada grupo, a cada sociedad.
De otra parte el papa Benedicto ha expresado en varias ocasiones: La fe en Jesucristo no se impone, se propone.
Cuando Jesús envía a los Doce a aquella primera excursión, les pide que anuncien el Reino de Dios y expulsen los demonios. En otras palabras: Que propongan los valores fundamentales del Evangelio, procurando vencer los obstáculos que se oponen al proyecto del Señor.
Una tarea que empezó con aquellos discípulos, pero continúa en la historia y en la cual todos los bautizados somos protagonistas.
El Maestro les indica a aquellos enviados determinadas condiciones, para que su palabra sea acogida. Hoy nosotros, empeñados en ese mismo anuncio, necesitamos crear unas circunstancias por las cuales nuestro mensaje sea aceptado y asimilado.
Cuando Paulo VI inició su ministerio pastoral, señaló en la encíclica "Ecclesiam Suam", que el diálogo sincero y amable con el hombre contemporáneo, es la herramienta más propia para anunciar a Jesucristo.
Verificamos que el mundo de hoy es muy distinto al que existió en tiempos pasados. No porque se encuentre afectado por algunos cambios culturales, sino algo más: Está inmerso en una nueva cultura.
Para comprobarlo bastaría compartir con gente joven. Comunicarnos con quienes avanzan por los caminos de la ciencia y la tecnología. Su escala de valores y aún sus costumbres, los convierten para nosotros casi en extraterrestres.
En consecuencia si queremos llegar al hombre de hoy, es necesario descubrir nuevos códigos de comunicación y nuevos lenguajes. Pero ese mundo fascinante y extraño es el mundo al cual hemos sido enviados.
El Antiguo Testamento nos presenta un amplio elenco de profetas, que llevaron el mensaje de Dios, con frecuencia en difíciles circunstancias y son ejemplo para nosotros. Pertenecieron a todas las clases sociales: Samuel, un joven sin experiencia; Eliseo, un labriego adinerado. Amós era un pastor, Isaías, alguien de clase alta. Miqueas, un simple campesino; Jeremías, de ascendencia sacerdotal y un hombre tímido. Ezequiel, un sacerdote desplazado.
Dos condiciones podríamos señalar, aparte de la gracia del Señor, para que nuestro anuncio sea creíble: En primer lugar, mantener una actitud de amabilidad y comprensión con los demás. No podemos forzarlos a aceptar nuestras estructuras religiosas, en las cuales no fueron formados. Y en segundo lugar, presentar lo esencial de nuestra fe, dejando de lado lo secundario. Se dan muchas batallas inútiles, buscando defender elementos meramente tradicionales o folclóricos. O bien, ritos de poca monta.
Da grima, sin embargo, que muchos de nosotros, en relación con el anuncio del Evangelio, permanezcamos en un oscuro pasivismo: No me entienden. No me hacen caso. Es mejor callar. Pero el mandato del Señor resuena diariamente en nuestro corazón: "Ve y profetiza".
Calixto
- Medellín | Publicado el 12 de julio de 2009
Décimo quinto domingo ordinario
"Entonces llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos". San Marcos, cap. 6.
Un documento de los obispos franceses señala que la fe cristiana venía, en muchos lugares del mundo, como un manso río que fecundaba las tierras aledañas. Mis padres son practicantes y entonces yo los imito, sin ningún problema ni discusión. Cuanto me dicen educadores y sacerdotes va creando en mí convicciones religiosas estables.
Pero múltiples rupturas sociológicas, o mejor fracturas, han interrumpido ese proceso. Entonces es necesario ofrecer la fe, aunque ella es ante todo un regalo de Dios, a cada persona, a cada grupo, a cada sociedad.
De otra parte el papa Benedicto ha expresado en varias ocasiones: La fe en Jesucristo no se impone, se propone.
Cuando Jesús envía a los Doce a aquella primera excursión, les pide que anuncien el Reino de Dios y expulsen los demonios. En otras palabras: Que propongan los valores fundamentales del Evangelio, procurando vencer los obstáculos que se oponen al proyecto del Señor.
Una tarea que empezó con aquellos discípulos, pero continúa en la historia y en la cual todos los bautizados somos protagonistas.
El Maestro les indica a aquellos enviados determinadas condiciones, para que su palabra sea acogida. Hoy nosotros, empeñados en ese mismo anuncio, necesitamos crear unas circunstancias por las cuales nuestro mensaje sea aceptado y asimilado.
Cuando Paulo VI inició su ministerio pastoral, señaló en la encíclica "Ecclesiam Suam", que el diálogo sincero y amable con el hombre contemporáneo, es la herramienta más propia para anunciar a Jesucristo.
Verificamos que el mundo de hoy es muy distinto al que existió en tiempos pasados. No porque se encuentre afectado por algunos cambios culturales, sino algo más: Está inmerso en una nueva cultura.
Para comprobarlo bastaría compartir con gente joven. Comunicarnos con quienes avanzan por los caminos de la ciencia y la tecnología. Su escala de valores y aún sus costumbres, los convierten para nosotros casi en extraterrestres.
En consecuencia si queremos llegar al hombre de hoy, es necesario descubrir nuevos códigos de comunicación y nuevos lenguajes. Pero ese mundo fascinante y extraño es el mundo al cual hemos sido enviados.
El Antiguo Testamento nos presenta un amplio elenco de profetas, que llevaron el mensaje de Dios, con frecuencia en difíciles circunstancias y son ejemplo para nosotros. Pertenecieron a todas las clases sociales: Samuel, un joven sin experiencia; Eliseo, un labriego adinerado. Amós era un pastor, Isaías, alguien de clase alta. Miqueas, un simple campesino; Jeremías, de ascendencia sacerdotal y un hombre tímido. Ezequiel, un sacerdote desplazado.
Dos condiciones podríamos señalar, aparte de la gracia del Señor, para que nuestro anuncio sea creíble: En primer lugar, mantener una actitud de amabilidad y comprensión con los demás. No podemos forzarlos a aceptar nuestras estructuras religiosas, en las cuales no fueron formados. Y en segundo lugar, presentar lo esencial de nuestra fe, dejando de lado lo secundario. Se dan muchas batallas inútiles, buscando defender elementos meramente tradicionales o folclóricos. O bien, ritos de poca monta.
Da grima, sin embargo, que muchos de nosotros, en relación con el anuncio del Evangelio, permanezcamos en un oscuro pasivismo: No me entienden. No me hacen caso. Es mejor callar. Pero el mandato del Señor resuena diariamente en nuestro corazón: "Ve y profetiza".
domingo, 5 de julio de 2009
LECTURAS DE LA SEMANA
LUNES 6 DE JULIO
Liturgia de las Horas: Propio del Salterio
Color: Blanco
Santoral
Santa María Goretti
Lecturas de la liturgia
Primera Lectura: Génesis 28,10-22a
"Vio una escalinata y ángeles de Dios que subían y bajaban y a Dios que hablaba"
Salmo Responsorial: 90
"Dios mío, confío en ti."
Evangelio: Mateo 9,18-26
"Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, y vivirá"
MARTES 7 DE JULIO
Liturgia de las Horas: 2da. Semana del Salterio
Color: Verde
Santoral
San Panteno
Lecturas de la liturgia
Primera Lectura: Génesis 32,22-32
"Te llamarás Israel, porque has luchado con dioses y has podido"
Salmo Responsorial: 16
"Yo con mi apelación vengo a tu presencia, Señor."
Evangelio: Mateo 9,32-38
"La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos"
MIERCOLES 8 DE JULIO
Liturgia de las Horas: 2da. Semana del Salterio
Color: Verde
Santoral
Beato Eugenio III, Papa
Lecturas de la liturgia
Primera Lectura: Génesis 41,55-57;42,5-7.17-24a
"Estamos pagando el delito contra nuestro hermano"
Salmo Responsorial: 32
"Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti."
Evangelio: Mateo 10,1-7
"Id a las ovejas descarriadas de Israel"
Id a las ovejas descarriadas de Israel
JUEVES 9 DE JULIO
Liturgia de las Horas: 2da. Semana del Salterio
Color: Verde
Santoral
Beata María de Jesús Crucificado Petkovic
San Nicolas Pieck y Compañeros, Mártires
Lecturas de la liturgia
Primera Lectura: Génesis 44,18-21.23b-29;45,1-5
"Para salvación me envió Dios a Egipto"
Salmo Responsorial: 104
"Recordad las maravillas que hizo el Señor."
Evangelio: Mateo 10,7-15
"Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis"
VIERNES 10 DE JULIO
Liturgia de las Horas: 2da. Semana del Salterio
Color: Verde
Santoral
Santa Verónica Giuliani, Virgen
Lecturas de la liturgia
Primera Lectura: Génesis 46,1-7.28-30
"Puedo morir, después de haberte visto en persona
Salmo Responsorial: 36
"El Señor es quien salva a los justos."
Evangelio: Mateo 10,16-23
"No seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre"
SABADO 11 DE JULIO
Liturgia de las Horas: 2da. Semana del Salterio
Color: Blanco
Santoral
San Benito, Abad
Lecturas de la liturgia
Primera Lectura: Génesis 49,29-32;50,15-26a
"Dios cuidará de vosotros y os sacará de esta tierra
Salmo Responsorial: 104
"Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón."
Evangelio: Mateo 10,24-33
"No tengáis miedo a los que matan el cuerpo"
Liturgia de las Horas: Propio del Salterio
Color: Blanco
Santoral
Santa María Goretti
Lecturas de la liturgia
Primera Lectura: Génesis 28,10-22a
"Vio una escalinata y ángeles de Dios que subían y bajaban y a Dios que hablaba"
Salmo Responsorial: 90
"Dios mío, confío en ti."
Evangelio: Mateo 9,18-26
"Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, y vivirá"
MARTES 7 DE JULIO
Liturgia de las Horas: 2da. Semana del Salterio
Color: Verde
Santoral
San Panteno
Lecturas de la liturgia
Primera Lectura: Génesis 32,22-32
"Te llamarás Israel, porque has luchado con dioses y has podido"
Salmo Responsorial: 16
"Yo con mi apelación vengo a tu presencia, Señor."
Evangelio: Mateo 9,32-38
"La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos"
MIERCOLES 8 DE JULIO
Liturgia de las Horas: 2da. Semana del Salterio
Color: Verde
Santoral
Beato Eugenio III, Papa
Lecturas de la liturgia
Primera Lectura: Génesis 41,55-57;42,5-7.17-24a
"Estamos pagando el delito contra nuestro hermano"
Salmo Responsorial: 32
"Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti."
Evangelio: Mateo 10,1-7
"Id a las ovejas descarriadas de Israel"
Id a las ovejas descarriadas de Israel
JUEVES 9 DE JULIO
Liturgia de las Horas: 2da. Semana del Salterio
Color: Verde
Santoral
Beata María de Jesús Crucificado Petkovic
San Nicolas Pieck y Compañeros, Mártires
Lecturas de la liturgia
Primera Lectura: Génesis 44,18-21.23b-29;45,1-5
"Para salvación me envió Dios a Egipto"
Salmo Responsorial: 104
"Recordad las maravillas que hizo el Señor."
Evangelio: Mateo 10,7-15
"Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis"
VIERNES 10 DE JULIO
Liturgia de las Horas: 2da. Semana del Salterio
Color: Verde
Santoral
Santa Verónica Giuliani, Virgen
Lecturas de la liturgia
Primera Lectura: Génesis 46,1-7.28-30
"Puedo morir, después de haberte visto en persona
Salmo Responsorial: 36
"El Señor es quien salva a los justos."
Evangelio: Mateo 10,16-23
"No seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre"
SABADO 11 DE JULIO
Liturgia de las Horas: 2da. Semana del Salterio
Color: Blanco
Santoral
San Benito, Abad
Lecturas de la liturgia
Primera Lectura: Génesis 49,29-32;50,15-26a
"Dios cuidará de vosotros y os sacará de esta tierra
Salmo Responsorial: 104
"Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón."
Evangelio: Mateo 10,24-33
"No tengáis miedo a los que matan el cuerpo"
COMO UNO DE TANTOS
Calixto
- Medellín | Publicado el 5 de julio de 2009
Décimo cuarto domingo ordinario
"Al oír a Jesús, la gente se preguntaba asombrada: ¿Qué sabiduría es esa? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María? ¿Sus hermanos no viven con nosotros? Y desconfiaban de él" . San Marcos, cap. 6.
Nazaret sería entonces una pequeña aldea donde la Sagrada Familia se estableció al regresar de Egipto.
Ya había muerto Herodes el Grande. Y nada se volvió a saber de aquellos pastores que visitaron al Niño en el portal. Menos aún de los ángeles que cantaron en Belén, esa noche, gloria.
Luego, treinta años de anonimato y de silencio, en la vida monótona y gris de Nazaret.
Pero Jesús no faltaba los sábados a la sinagoga. Y algunas veces se ofrecía para hacer la lectura y explicarla. Se hizo conocer entonces de sus paisanos y mucho más, cuando un grupo de pescadores comenzó a rodearlo.
Pero los comentarios sobre su persona no eran muy positivos. La gente se preguntaba: "¿Qué sabiduría es esa? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María? ¿Sus hermanos no viven con nosotros?"
Para un judío de entonces sabiduría significaba piedad, relación con Dios y también una vida de acuerdo a la Ley. Todo esto lo explicaba Jesús, aunque añadiendo nuevos enfoques.
Era en verdad el hijo de María y de José, pues el misterio de su persona a nadie había sido revelado. Le habrían visto además en el taller de su padre, donde ayudaba en las tareas de carpintero, herrero y también de albañil.
El tema de los hermanos de Jesús ha despertado frecuentes discusiones. Ciertos grupos separados alegan que Nuestra Señora habría tenido otros hijos. Su virginidad, y así lo afirman algunos católicos, sólo sería algo simbólico y espiritual.
Sin embargo, desde los primeros siglos, la Iglesia ha confesado la perpetua virginidad de María, a la par que su divina maternidad.
Pero se dan otras razones que esclarecen el tema: Jesús, antes de morir, encomienda a su Madre Santísima a los cuidados de san Juan. Lo cual no hubiera sido necesario si ella hubiera tenido otros hijos.
De otro lado, la lengua hebrea y la aramea carecen de vocablos propios para señalar los diversos grados de parentesco. En el Génesis, por ejemplo, se dice que Lot era hermano de Abraham, cuando fue apenas su sobrino. Y en el libro primero de las Crónicas, encontramos un personaje llamado Yeuel que tenía 690 hermanos. Y otro de nombre Adaías, 1.760.
San Marcos señala que Jesús se sintió extrañado ante la incomprensión de sus paisanos. Nosotros, en cambio, admiramos en Jesucristo a un Dios enteramente humano. Y así nos gusta. Él se hizo hombre, no sólo uniéndose a una persona física, sino integrándose en una raza, una cultura, en medio de circunstancias históricas que lo hicieron del todo semejante a nosotros.
San Pablo les escribía a los filipenses: "Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios. Al contrario, se anonadó a sí mismo y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos".
Habría necesidad de preguntarnos entonces qué contagio de divinidad se nota en nuestros criterios, en nuestras actitudes.
"Me seduce ese Dios vuestro, decía un sabio hindú. Sin embargo no alcanzo a entender para qué se arriesgó a tanto, si sus efectos no se ven en vosotros".
- Medellín | Publicado el 5 de julio de 2009
Décimo cuarto domingo ordinario
"Al oír a Jesús, la gente se preguntaba asombrada: ¿Qué sabiduría es esa? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María? ¿Sus hermanos no viven con nosotros? Y desconfiaban de él" . San Marcos, cap. 6.
Nazaret sería entonces una pequeña aldea donde la Sagrada Familia se estableció al regresar de Egipto.
Ya había muerto Herodes el Grande. Y nada se volvió a saber de aquellos pastores que visitaron al Niño en el portal. Menos aún de los ángeles que cantaron en Belén, esa noche, gloria.
Luego, treinta años de anonimato y de silencio, en la vida monótona y gris de Nazaret.
Pero Jesús no faltaba los sábados a la sinagoga. Y algunas veces se ofrecía para hacer la lectura y explicarla. Se hizo conocer entonces de sus paisanos y mucho más, cuando un grupo de pescadores comenzó a rodearlo.
Pero los comentarios sobre su persona no eran muy positivos. La gente se preguntaba: "¿Qué sabiduría es esa? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María? ¿Sus hermanos no viven con nosotros?"
Para un judío de entonces sabiduría significaba piedad, relación con Dios y también una vida de acuerdo a la Ley. Todo esto lo explicaba Jesús, aunque añadiendo nuevos enfoques.
Era en verdad el hijo de María y de José, pues el misterio de su persona a nadie había sido revelado. Le habrían visto además en el taller de su padre, donde ayudaba en las tareas de carpintero, herrero y también de albañil.
El tema de los hermanos de Jesús ha despertado frecuentes discusiones. Ciertos grupos separados alegan que Nuestra Señora habría tenido otros hijos. Su virginidad, y así lo afirman algunos católicos, sólo sería algo simbólico y espiritual.
Sin embargo, desde los primeros siglos, la Iglesia ha confesado la perpetua virginidad de María, a la par que su divina maternidad.
Pero se dan otras razones que esclarecen el tema: Jesús, antes de morir, encomienda a su Madre Santísima a los cuidados de san Juan. Lo cual no hubiera sido necesario si ella hubiera tenido otros hijos.
De otro lado, la lengua hebrea y la aramea carecen de vocablos propios para señalar los diversos grados de parentesco. En el Génesis, por ejemplo, se dice que Lot era hermano de Abraham, cuando fue apenas su sobrino. Y en el libro primero de las Crónicas, encontramos un personaje llamado Yeuel que tenía 690 hermanos. Y otro de nombre Adaías, 1.760.
San Marcos señala que Jesús se sintió extrañado ante la incomprensión de sus paisanos. Nosotros, en cambio, admiramos en Jesucristo a un Dios enteramente humano. Y así nos gusta. Él se hizo hombre, no sólo uniéndose a una persona física, sino integrándose en una raza, una cultura, en medio de circunstancias históricas que lo hicieron del todo semejante a nosotros.
San Pablo les escribía a los filipenses: "Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios. Al contrario, se anonadó a sí mismo y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos".
Habría necesidad de preguntarnos entonces qué contagio de divinidad se nota en nuestros criterios, en nuestras actitudes.
"Me seduce ese Dios vuestro, decía un sabio hindú. Sin embargo no alcanzo a entender para qué se arriesgó a tanto, si sus efectos no se ven en vosotros".
sábado, 27 de junio de 2009
¿CUÁLES SERÁN LAS ÚLTIMAS CONSECUENCIAS?
Calixto
- Publicado el 28 de junio de 2009
Décimo tercer domingo ordinario
"Se acercó a Jesús un jefe de la sinagoga que se llamaba Jairo, para rogarle con insistencia: Mi hija está en las últimas. Ven, pon las manos sobre ella, para que viva". San Marcos, cap. 5.
La devoción popular ha presentado a Santa Rita de Casia como abogada ante el Señor en los casos difíciles y desesperados. ¿Pero cuáles y cuántas son esas circunstancias, que llamamos últimas?
Conviene entender que todo problema tiene una dimensión real: Alguien está enfermo. Alguien sufrió un revés económico. A otro le fracasó su matrimonio. A otros los despachan del empleo, o pierden el semestre en la universidad.
Pero todas estas situaciones poseen a su vez un ingrediente, mayor o menor, de acuerdo con la resonancia que tengan en las personas que las padecen.
Sin embargo reconocemos que hay momentos en la vida donde el horizonte se oscurece del todo. Esto lo sintió Jairo, quien sería un hombre mayor, judío de tradición, jefe además de la sinagoga. Ayudado por su secretario, estaba al frente de la reunión de cada sábado, donde se leía la Escritura, se oraba a Yahvé y los presentes se sentían de veras pueblo escogido.
Como Jesús frecuentaba las sinagogas, Jairo descubrió en él un poder especial. Y sin dilación se le acercó, rogándole por su hija. "Ven, pon las manos sobre ella, para que se cure".
Cuando un centurión, un hombre pagano que tenía a su cargo cien soldados, pidió igual favor para su criado, el Maestro se ofreció enseguida a visitarlo en su casa. Pero aquel romano no se sintió digno de recibir al Señor. Entonces le explica comedidamente: Yo tengo gente a mi cargo, que cumple de inmediato mis órdenes. Y el texto de san Lucas añade: "Di una sola palabra y mi criado quedará sano".
Jesús aprovecha el momento para ponderar la fe de este hombre pagano, frente a los fariseos y levitas. El Maestro entonces le responde: "Vete, que te suceda como has creído".
Con el jefe de la sinagoga, Jesús no da ninguna orden, sino que lo acompaña a su casa, en medio de un tumulto que le aprieta. Allí ocurrió que una mujer que padecía un flujo de sangre, con sólo tocar el manto del Señor, quedó sanada.
Tal vez para motivar a los judíos, el Maestro rodea la resurrección de aquella niña de mucho dramatismo. Cuando alguien avisa que la niña ya ha muerto, Jesús anima al jefe de la sinagoga: Basta que tengas fe, ella apenas está dormida. Además, no permite que entren con él a la casa sino Pedro, Santiago y Juan. Entonces toma a la niña de la mano y la levanta. Y advierte además que le den de comer.
El texto de san Marcos recoge una expresión aramea, que le da al relato un toque de suave ternura: "Talitha qumi", que significa: Niña, levántate".
Cuando estamos en "las últimas" ¿cómo preferimos que el Señor remedie nuestras necesidades? ¿Verdad que de inmediato?
Sin embargo parece que el Señor ha cambiado de metodología. Su plan global es nuestro bien, pero innumerables elementos se entreveran en los sucesos diarios. Y Dios siempre escucha, aunque no de manera puntual y en el monto que nosotros deseamos.
Es necesario entonces abrir los ojos, para descubrir qué nos regala Dios, de modo más amplio y generoso.
- Publicado el 28 de junio de 2009
Décimo tercer domingo ordinario
"Se acercó a Jesús un jefe de la sinagoga que se llamaba Jairo, para rogarle con insistencia: Mi hija está en las últimas. Ven, pon las manos sobre ella, para que viva". San Marcos, cap. 5.
La devoción popular ha presentado a Santa Rita de Casia como abogada ante el Señor en los casos difíciles y desesperados. ¿Pero cuáles y cuántas son esas circunstancias, que llamamos últimas?
Conviene entender que todo problema tiene una dimensión real: Alguien está enfermo. Alguien sufrió un revés económico. A otro le fracasó su matrimonio. A otros los despachan del empleo, o pierden el semestre en la universidad.
Pero todas estas situaciones poseen a su vez un ingrediente, mayor o menor, de acuerdo con la resonancia que tengan en las personas que las padecen.
Sin embargo reconocemos que hay momentos en la vida donde el horizonte se oscurece del todo. Esto lo sintió Jairo, quien sería un hombre mayor, judío de tradición, jefe además de la sinagoga. Ayudado por su secretario, estaba al frente de la reunión de cada sábado, donde se leía la Escritura, se oraba a Yahvé y los presentes se sentían de veras pueblo escogido.
Como Jesús frecuentaba las sinagogas, Jairo descubrió en él un poder especial. Y sin dilación se le acercó, rogándole por su hija. "Ven, pon las manos sobre ella, para que se cure".
Cuando un centurión, un hombre pagano que tenía a su cargo cien soldados, pidió igual favor para su criado, el Maestro se ofreció enseguida a visitarlo en su casa. Pero aquel romano no se sintió digno de recibir al Señor. Entonces le explica comedidamente: Yo tengo gente a mi cargo, que cumple de inmediato mis órdenes. Y el texto de san Lucas añade: "Di una sola palabra y mi criado quedará sano".
Jesús aprovecha el momento para ponderar la fe de este hombre pagano, frente a los fariseos y levitas. El Maestro entonces le responde: "Vete, que te suceda como has creído".
Con el jefe de la sinagoga, Jesús no da ninguna orden, sino que lo acompaña a su casa, en medio de un tumulto que le aprieta. Allí ocurrió que una mujer que padecía un flujo de sangre, con sólo tocar el manto del Señor, quedó sanada.
Tal vez para motivar a los judíos, el Maestro rodea la resurrección de aquella niña de mucho dramatismo. Cuando alguien avisa que la niña ya ha muerto, Jesús anima al jefe de la sinagoga: Basta que tengas fe, ella apenas está dormida. Además, no permite que entren con él a la casa sino Pedro, Santiago y Juan. Entonces toma a la niña de la mano y la levanta. Y advierte además que le den de comer.
El texto de san Marcos recoge una expresión aramea, que le da al relato un toque de suave ternura: "Talitha qumi", que significa: Niña, levántate".
Cuando estamos en "las últimas" ¿cómo preferimos que el Señor remedie nuestras necesidades? ¿Verdad que de inmediato?
Sin embargo parece que el Señor ha cambiado de metodología. Su plan global es nuestro bien, pero innumerables elementos se entreveran en los sucesos diarios. Y Dios siempre escucha, aunque no de manera puntual y en el monto que nosotros deseamos.
Es necesario entonces abrir los ojos, para descubrir qué nos regala Dios, de modo más amplio y generoso.
FIESTAS PATRONALES
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